La historia de los trasteros y el self storage

Hace mucho tiempo era completamente innecesario pensar en guardar tus cosas, tanto las más útiles como aquellas que utilizas menos, en un lugar que no fuera tu propia casa, o las propias instalaciones de tu empresa, si hablamos de tus bienes ejecutivos.

Sin embargo, conforme las ciudades fueron llenándose cada vez más y las necesidades de almacenamiento cambiaron, el alquiler de trasteros, mini bodegas, y de los self storage como se les conoce en inglés (mismos que representan la actividad por la cual se desarrolla el alquiler de trasteros, digamos, en modo de autoservicio), se hizo un servicio cada vez más necesario y frecuente. Ya sea para el almacenamiento por un corto periodo de tiempo (por ejemplo, debido a una mudanza), o por un mayor periodo, de forma casi estable (por falta de espacio), los trasteros son ya parte del espectro del negocio de las minibodegas o espacios de almacenamiento doméstico e industrial.

Las personas siempre sentimos mucho apego por nuestras posesiones. ¿Por qué? Es algo que no se sabe, pero muchas veces, ni siquiera al mudarnos somos capaces de desprendernos de muchas cosas que otras personas consideran inútiles. Si nos ponemos a pensar un poco, los seres humanos siempre hemos almacenado cosas. Si lo ves de cierta forma, hasta las pirámides de Egipto son sitios de almacenamiento. El lugar donde nace, sin embargo, la noción contemporánea de almacenamiento, son los Estados Unidos. Se cree que en el año 1889 en Iowa se fundó la primera empresa de trasteros en ese país, y que pronto se expandió porque muchas personas encontraron sus servicios muy útiles. Casi siempre, el negocio de los trasteros ha estado vinculado al de las mudanzas, puesto que es en ese momento donde las personas y empresas enfrentan con mayor inmediatez la problemática de no contar con instalaciones propias para almacenar todos sus objetos y muebles. Sin embargo, el almacenaje en trasteros  de muebles y documentos, desde esos primeros años, las necesidades personales y empresariales mostraron que no sólo las personas que se mudan precisan un lugar donde guardar sus cosas, que el alquiler de trasteros sería un negocio que llegaría para quedarse.

Los primeros trasteros tal y como los conocemos en la actualidad (quizá sin tantas medidas de seguridad) surgieron en los Estados Unidos en los años sesenta. Eran pequeños garajes, situados en la periferia de las zonas industriales y los suburbios urbanos, construidos en terrenos o edificaciones que no tenían mucho valor inmobiliario. Diez años después, gracias a la bonanza económica, surgieron en ese país las grandes empresas de trasteros, consiguiendo así que esta forma de almacenamiento se hiciera más y más común en otros países, como en España. Es lógico que las empresas que ofrecen el alquiler de trasteros tengan una presencia mayor en ciudades grandes como Madrid, Barcelona y sus áreas conurbadas, porque es en estos lugares que la movilidad y las necesidades de almacenamiento son mucho mayores.